El Padre Varela, Félix Varela, maestro, escritor, filósofo y político cubano es considerado uno de los forjadores de la nación cubana. Nacido en La Habana, en 1788, fue el tercero de tres hermanos y, al perder a su madre a temprana edad, queda al cuidado y educación de sus tías maternas, bajo la mirada y dirección del abuelo, con quienes vivirá hasta que crezca y tenga vida propia. A los 14 años, cuando el abuelo lo conmina a que sea un valiente y honrado militar, según la tradición familiar, el joven Félix pide hacerse sacerdote. Comienza entonces sus estudios en el Seminario San Carlos y San Ambrosio de La Habana, destacándose por sus estudios y vocación seminarista, siendo ordenado sacerdote en 1811 con 23 años.
Al año siguiente, Varela es nombrado profesor de Filosofía, Física y Ética en el seminario habanero. En sus clases, da una importancia capital a los métodos de aprendizaje y utiliza sistemas innovadores para su época. «Aprender de memoria es el mayor de los absurdos, pues si falla la memoria falla todo lo estudiado, por ello la constancia en el estudio consolida los conocimientos», decía el Padre, que daba vital importancia a la reflexión y la práctica para contraponerlo a la repetición memorística y la inmovilidad de los centros de enseñanza de la época, de orden fundamentalmente canónico y fuertemente marcados por la religión y el ostracismo. Uno de sus ilustres discípulos, José de la Luz y Caballero, dijo una vez de su maestro: «Mientras se piense en Cuba, se pensará con respeto y veneración en aquel que nos enseñó a pensar».
Varela fue elegido diputado ante las cortes españolas, representando a Cuba, y partió a la madre patria con treinta y cuatro años, sin saber que no volvería a ver jamás su amada Cuba. En la metrópoli comienza una ardua labor parlamentaria con el propósito de mejorar la defensa de los derechos comunes, redacta un proyecto de ley para abolir la esclavitud, propone el reconocimiento de la independencia de algunas naciones americanas y lanza un nuevo proyecto de ley para un gobierno autónomo en las provincias de ultramar. Unos años después parte hacia Estados Unidos convencido de que no hay mejor salida para Cuba que la independencia. Desde la nación americana comienza a organizar y luego a presidir un movimiento independentista y con 35 años, inicia una ardua labor propagandística en pos de la independencia, fundando en Filadelfia el primer periódico independentista llamado «El habanero».
Durante más de 30 años de vida en el exilio funda escuelas, edifica iglesias, evangeliza a los más pobres defendiendo la fe católica. Los últimos años de su vida estuvieron marcados por la pobreza, las enfermedades, y la soledad. El 25 de febrero de 1853 muere en la ciudad de San Agustín en la Florida. Sus restos descansan hoy en el Aula Magna de la Universidad de La Habana.
Varela es conocido por todos los cubanos como «el que los enseñó a pensar».
